5.4.05

MUERTE DE UN PAPA

Ha muerto Juan Pablo II e inmediatamente después de anunciarnos esta noticia hemos asistido al espectáculo mediático en el que se glosaba su figura.

Al parecer dentro del análisis de la personalidad de este Papa faltan todas las polémicas que se despertaron a raíz de su oposición a los preservativos en estos tiempos en los que el SIDA azota poblaciones enteras, sobre todo en África, continente con generaciones diezmadas; ya no recordamos su intransigencia con los homosexuales, las madres solteras, los divorciados y todos aquellos que no compartieran su forma tan retrógrada de concebir la familia y las relaciones sexuales; ya no nos acordamos de su tibieza frente a los abusos sexuales de los miembros de su Iglesia con niños y con las monjas misioneras.
Éste es el Papa que ha potenciado en la Iglesia la jerarquía absolutista más férrea y que ha dado la espalda a la Teología de la Liberación y a los sectores que decidieron vivir la Pobreza y no sólo predicarla en los púlpitos.
El ejercicio pacato de no ser capaces de debatir desde el respeto y la serenidad, la figura controvertida de Juan Pablo II y de solamente glosar, con tópicos como letanías, su lado bueno, es una muestra más de lo inmaduro de nuestra sociedad. Al parecer los Medios de Comunicación de todo el mundo han decidido mostrar sólo uno de los análisis posibles.

Para el resto de las reflexiones, recurramos a la Memoria.