24.9.04

QUE BUSH PIERDA LAS ELECCIONES

Nos deshicimos de la mano derecha de George, de ése que ahora da sesudas lecciones de Historia de España. Intentamos alejarle del curso de nuestra propia historia aunque ya antes se había encargado de meternos en un fregado monumental; a nosotros y a medio mundo.

Ahora le toca a Bush; no puede seguir más tiempo gobernando con una mente anodina al país más poderoso de la Tierra; no debe hacerlo y a todos nos toca poner nuestro granito de arena para evitar su reelección. No es fácil vender a su oponente, es cierto. No es fácil porque no creo que difiera sustancialmente en su programa económico o social; no creo que tenga una visión distinta de la crucial misión de los Estados Unidos en nuestro planeta.

A pesar de todo, desde todos los ámbitos posibles, convencidos o dubitativos; esperanzados o cabizbajos por lo que nos espera; gritándolo o escribiéndolo educadamente; de todas las formas posibles y teniendo en mente la gran tragedia en la que ha sumido a tantas gentes inocentes, debemos desear que George Bush pierda las próximas elecciones de noviembre en Estados Unidos.

22.9.04

DEFENSA DE LA UTOPÍA

Siempre ha funcionado así: un puñado de hombres quiere cambiar el mundo y lucha y muere si es necesario por ello; defienden sus ideas contra vientos retrógrados, quieren invertir el orden imperante por injusto y caduco, luchan por relacionarse de una forma nueva y aguantan el desprecio y las risas de los que, incapaces de abrir sus mentes y sus corazones, rechazan lo que no comprenden.

Solidaridad, Justicia, Respeto, Dignidad, Compromiso, Tolerancia, Libertad, Esperanza, Bienestar, Entendimiento, Derechos Humanos, Legalidad Internacional y Paz son las palabras que salpican el discurso ante la ONU de José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de nuestro Gobierno.

Cuando algunos habían olvidado cuál era su trabajo y para qué se les había votado, ha llegado este hombre a recordarnos que sólo es legítimo vivir si intentamos cambiar cada día un poquito el mundo que nos rodea y que seremos más fuertes cuanto más defendamos nuestras ideas con las palabras y con nuestro corazón, que seremos mejores si compartimos nuestros privilegios y toleramos y amparamos la diferencia, que en el mundo de hoy, los demás somos todos.

Defendamos la Utopía. Gritemos alto nuestro deseo de cambiar las cosas y agradezcamos estos discursos que aún nos emocionan y nos dignifican como seres humanos.

Si quieres leer el discurso íntegro pincha aquí.