EL AUTÉNTICO PODER

Apaguemos la televisión y finjamos que no ha pasado y que no va con nosotros, pero no olvidemos cuando asistamos a alguna de las ceremonias de la Caridad institucionalizada que han sido capaces de gastar alegremente lo que no han ganado, lo que nos corresponde a nosotros; y no olvidemos que lo han gastado en un acto frívolo, superficial y patético para mayor gloria de una monarquía caduca y anacrónica.

Apaguemos la televisión y colguemos trapos rojos, amarillos y morados en nuestros balcones para que aúllen lo que los Medios de Comunicación cómplices, callan.
No salgamos el sábado 22 a las calles a ver a los recién casados; inundemos las calles del cortejo con nuestro silencio condenatorio.
Vayamos a manifestar nuestro descontento a otros sitios.

Utilizarán nuestro dinero, invadirán nuestras calles, harán de sus vicios asuntos de portada, pero no controlarán nuestras conciencias ni nuestra rebeldía; ese será nuestro auténtico poder.