12.6.04

REAGAN, ESE GRAN HOMBRE

Y nos hemos enterado cuando ha muerto...

Me ha dejado de piedra la cantidad de elogios que ha cosechado Ronald Reagan una vez muerto. Serán todos los que no se llevó en vida cuando estábamos todos de acuerdo en su talante ultraconservador, en su política agresiva contra todo país que pusiera en duda la bota americana y su carácter superficial e inculto, por no reseñar aspectos de su personalidad y de su política aún más negativos.

Pues no, ahora, una vez muerto después de soportar durante años una cruel enfermedad que le hizo olvidar lo odiado que fue, los medios de todos los países le han dedicado páginas y páginas y en su país se han organizado fastuosos funerales de estado; he leído sesudos artículos de opinión donde se glosaban las virtudes de este gran estadista que desde la Casa Blanca representó su papel estelar por el que, al parecer, le están dando ahora el Oscar que nunca se mereció.

Esto es, ahora es Reagan, ese gran hombre... y yo decididamente, no comprendo nada. Desde luego, de ninguna manera comprendo esta pacata forma de ser que encumbra a los muertos tengan el pasado que tengan y se emocionan al enterrar a un hombre al que años antes se habían dedicado a criticar.

Será que soy de otro planeta... alguno al que su guerra de las galaxias no pudo destruir.

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