VALORES REVOLUCIONARIOS

Al parecer, el Diálogo y el Respeto son valores revolucionarios. O, al menos, eso es lo que se deduce después de su recuperación tras estos últimos ocho años en que el desplante, el desaire, la interrupción de la palabra y los malos modos han sido una constante en la comunicación entre los políticos.

Es posible hablar. Es posible discrepar sin insultar y respetando al legítimo contrincante. En realidad, despreciar al contrario sin escucharlo es la forma fácil de aferrarse al propio discurso. Lo difícil siempre es reconocer que el oponente es un ser con valores y méritos propios cuya única diferencia respecto a nosotros es su distinta ideología. En definitiva, lo difícil es convencer.

Agradezco a Zapatero que reivindique el Bien y la Bondad como cualidades en que basar el edificio social; agradezco el tono machadiano de estos valores y me uno a su defensa. Le agradezco también que valore de forma positiva al Diálogo como método a seguir en la gestión política después de haber estado olvidado tanto tiempo.

Es posible gobernar teniendo a la bondad como valor Primario. Es posible gobernar escuchando a los demás y convenciéndoles con un trabajo bien hecho.

La bondad y la inteligencia cuando van juntas son, definitivamente, valores revolucionarios.