AZNAR, CLÁSICO

Reproduzco esta breve reflexión de Fernando Gil:

El ex José María Aznar, en la presentación del libro del Grupo de Estudios Estratégicos 'Qué piensan los neocons españoles' (¿piensan o sólo copian a los norteamericanos?), indicó (ABC, 15-3-07) que, para decepción de muchos, él no se considera neoconservador sino "un liberal clásico", y a los ojos de sus detractores es una persona "peligrosa".
Dejando aparte que el peligro es, en primer lugar, para su propio partido, al que alejó del Gobierno por su artera gestión de la crisis del 11-M, hay que hacer notar que es, efectivamente, muy clásico. Ha dado una respuesta clásica de la derecha, que es calificarse con una etiqueta que no le corresponde y que además, hoy, define poco. Ser liberal a principios del siglo XIX suponía tener un espíritu reformador y hasta revolucionario y la voluntad de enfrentarse a la Iglesia y a la monarquía absoluta en favor de los nacientes derechos de ciudadanía. Entonces, ser liberal en España tenía sus riesgos (Riego, Diego de León, Torrijos o Mariana Pineda son claros ejemplos), hoy no los tiene. Pero lo peor del caso es que se trata sólo de maquillaje, pues Aznar nunca ha sido liberal, su ideario y actitudes son falangistas, y a este paso nunca lo será.
La adscripción política de Aznar queda más clara cuando, en el mismo acto, declaró su admiración por defensores de la libertad y la dignidad de todos, como Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Juan Pablo II.

Ahora está clarísimo.